jueves, 14 de mayo de 2020

BlueBay Hotels amplía su presencia en Colombia con la oferta en turismo de lujo, sol y playa


En un entorno paradisiaco con playas de arena blanca y aguas de color turquesa, la compañía hotelera española Blu Bay Hotels anunció la incorporación en su portafolio de su tercer hotel en Colombia, ubicado en la península de Barú a una hora por carretera de Cartagena de Indias.

Es así entonces, como la compañía sigue reforzando su presencia en Latinoamérica donde, además, cuenta con tres hoteles en Ecuador y uno en Bolivia.

El hotel ‘las Islas by BlueBay’ afiliado a Leading Hotels of the World, cumple con un sello internacional de lujo auténtico y altos estándares de calidad, exclusividad y originalidad.

El complejo cuenta con 55 bungalows, 22 a nivel del mar y 33 en altura entre los árboles, además de la casa navegante Cholón, todo esto ubicado en una de las regiones turísticas más demandadas de Colombia debido a la belleza de sus entornos naturales.

El turista puede disfrutar de una amplia oferta en la que destacan los deportes acuáticos, esnórquel, buceo y la visita a los maravillosos paisajes del Parque Nacional Natural Corales del Rosario.

La oferta la completa un centro de wellness y spa, en gastronomía, el restaurante de comida internacional a la carta de tipo gourmet ‘Las Guacas’, y de comida local, el restaurante buffet ‘Tía Coco’. Además de un local de playa con cafetería-heladería para que todos los huéspedes tengan la opción de elegir y disfrutar.

Tal como lo afirma Jamal Satli Iglesias, presidente de BlueBay Hotels, el nuevo hotel en Cartagena supone afianzar y complementar la oferta en turismo de lujo de sol y playa incorporando este establecimiento de cinco estrellas.

miércoles, 13 de mayo de 2020

WTTC anuncia los protocolos para reactivar el turismo de forma segura


El “nuevo rostro del turismo” tendrá estrictas normas de higiene y sanitización de espacios, que garanticen la salud de los viajeros.


El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) presentó los protocolos globales para reactivar el sector turístico. De esta manera, se pretende generar confianza entre los consumidores para viajar de forma segura una vez superada la fase crítica de la pandemia.

Las medidas de estos protocolos han sido diseñadas por los representantes del sector de todo el mundo. Como lo destacan desde la organización, están basados en evidencias médicas y de acuerdo a las normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los Centros para la Prevención de Enfermedades (CDC).

Lo que ellos buscan, es homologar criterios y brindar orientación sanitaria a los proveedores, operadores de viajes y a los turistas, sobre el nuevo enfoque de salud e higiene en el mundo.

Tal como lo expresó Gloria Guevara, Presidenta y CEO del WTTC, los protocolos reflejan el nuevo rostro del turismo y buscan la pronta reactivación del sector, la recuperación de los empleos y resarcir las enormes pérdidas financieras que dejó la caída de la industria por la pandemia. 

Los protocolos fueron realizados en consulta con los miembros del WTTC y con organismos como el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), la Asociación Internacional de Cruceros (CLIA) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Durante las próximas semanas se anunciarán protocolos para el resto de las industrias, incluyendo aviación y cruceros.





martes, 12 de mayo de 2020

Ha llegado el momento de impulsar definitivamente la liberalización del transporte aéreo, afirma Vargas Lleras



“No creo que el futuro del sector turismo dependa de Avianca, tampoco creo que esta empresa está aportando a la competitividad del país”.



Germán Cargas Lleras en la edición digital del periódico El Tiempo del nueve de mayo, se vino lanza en ristre contra la posibilidad de apoyar por parte del Gobierno Nacional, a la que una vez fuera la empresa aérea insigne de los colombianos y hoy en quiebra en manos de empresarios extranjeros.

Vargas Lleras pone el dedo en la llaga al afirmar que “como en el caso del empleo y la inaplazable reforma laboral a que me referí la semana pasada, yo creo que por la crisis del sector y de su principal protagonista, Avianca, ha llegado el momento de impulsar definitivamente la política de cielos abiertos o liberalización del transporte aéreo en nuestro país”.

“Llegó el momento de ponerles fin a los altos costos de los tiquetes, a la mala calidad del servicio, a la impuntualidad y, en general, a todos los abusos que genera la falta de competencia en cualquier mercado”.

“Una política de cielos abiertos permitirá contar con más empresas que ofrezcan un mayor número de rutas y frecuencias, que compitan con tarifas, promociones y servicio. Aquí, lo que necesitamos es más operadores, tanto en rutas nacionales como internacionales, y poner al usuario y la competitividad de nuestro país en el centro de la política pública en materia de transporte aéreo”.

“Para lograrlo habrá que dar acceso irrestricto al mercado, con frecuencias ilimitadas, libertad de equipos y no más acuerdos de reciprocidad. En el Congreso hace trámite el proyecto de ley de cielos abiertos, el cual, hay que reconocer, nunca ha podido avanzar por causa de los intereses de Avianca. La pandemia nos ha develado, como en tantos otros temas, la necesidad de hacer cambios profundos en sectores antes intocables”.

“No creo que el futuro del sector turismo dependa de Avianca, tampoco creo que esta empresa está aportando a la competitividad del país; incluso, no creo que en cualquier caso se vayan a perder los miles de empleos directos e indirectos que genera, pues sean quienes sean los que entren a operar nuestro mercado, siempre se les podrá exigir como contraprestación para autorizar las rutas, la incorporación de estos trabajadores a sus nóminas”.

Avianca: un pájaro con las alas rotas y sin condolientes




Al igual que muchas empresas del mundo que tendrán que hacer cambios bruscos en sus planes y proyectos para los próximos años a causa de la pandemia mundial, Avianca ha sufrido un aterrizaje forzoso al quedarse sin tren de aterrizaje para los próximos años.

Aterrizar de barriga deja muy maltrecho un avión y en el caso de Avianca es toda una compañía, cuya fórmula salvadora al 2023, era “refinanciar la deuda, simplificar la flota; salir de rutas no rentables, de negocios que no son estratégicos, y enfocarnos en el servicio, en el cliente, en subir el nivel”.

Ese era el pensamiento de su presidente Anko van der Werff, antes de aterrizar de barriga y evaluar lo maltrecha que quedó la empresa a causa del Cóvid-19. Ahora la fórmula salvadora fue la de acogerse al Código de Bancarrota de Estados Unidos, para preservar las operaciones y reestructurar su balance, proceso que incluirá a 39 compañías del conglomerado.

Al igual como les sucede a muchas aerolíneas alrededor del mundo, los desafíos de Avianca son de larga trayectoria: sin ingresos, ninguna empresa tiene un buen futuro. Con fronteras cerradas y la incertidumbre de no saber cuando se abren de nuevo los cielos. Y cuando esto suceda, aguantar la penosa y lenta recuperación de una demanda y unos clientes temerosos y empobrecidos.

En tanto pilotos y empleados de Avianca, que suman cerca de 19.000 en Colombia, siguen mirando el cielo preocupados por su futuro y el de sus familias. La mayoría de ellos se acogieron a las vacaciones anticipadas, o licencias no remuneradas que al parecer les llevarán varios meses más.

La compañía United Airlines por ejemplo, a principios de marzo tomó medidas ofreciendo a sus empleados la opción de retiros voluntarios sin indemnizaciones, además de los recortes de vuelos, esto como parte de la estrategia para detener los efectos económicos por el coronavirus.

Salomón Kalmanovitz, en su columna de El Espectador del cuatro de mayo titulada ¿Debemos salvar a Avianca?, afirma que “el cierre del espacio aéreo por la pandemia del coronavirus le ha dado un golpe mortal a la mayor parte de las aerolíneas del mundo; por lo tanto, nunca ha sido, y menos ahora, un buen momento para que un Estado raquítico como el de Colombia se meta en un negocio caro y malo. Tiene muchas otras prioridades sociales y económicas que enfrentar y cuenta con escasos recursos”.

“No se debe poner al servicio de grupos financieros voraces que no pagan impuestos y maltratan a sus usuarios, pero sí pretenden que los subsidiemos los contribuyentes. Es preferible que la compre barata un grupo privado nacional o extranjero y relance la operación cuando se abran los cielos nuevamente”.