A propósito de las almojábanas de $12.000 del aeropuerto de El Dorado de Bogotá, les comparto este artículo, para que sigan el hilo conductor de las mafias de la empanada y la almojábana que manejan este aeropuerto
Octavio Gómez Q.
En uno de los 50 mejores aeropuertos del mundo como es El Dorado, no encuentra uno una empanada que pueda representar la gastronomía colombiana o regional.
Y no porque no las vendan en muchos de los locales de
comidas de este terminal aéreo. Por el contrario, las exhiben en muchas partes
pero son todas del mismo tamaño, todas del mismo color y todas del mismo sabor.
Es decir, insípidas y destempladas.
¿A qué saben? A empanada industrial hecha por máquinas en
masa, como su cobertura y quien desea una empanada diferente, no la encuentra.
Lo peor es que pasa lo mismo con los pasteles de carne o pollo, con los
pandequesos, almojábanas y similares.
¿Qué pasa? Se pregunta uno
inocentemente. Pero sí hay una respuesta, y la dan los mismos vendedores. Los
obligan a comprarle al mismo proveedor.
Y aquí me asalta mi malicia indígena y mi lógica cartesiana,
porque entonces es que hay una sola persona, o mejor empresa, que tiene el
monopolio de la venta de estos demandados comestibles en el aeropuerto El
Dorado y quien sabe en qué otros establecimientos de Bogotá.
Y mi malicia indígena se sigue preguntando ¿también montaron cartel para la fabricación, venta y distribución de las empanadas? ¿Las lecciones de los Nule han llegado hasta este humilde alimento?
Aquí les dejo la inquietud porque sí es un cartel y un
monopolio, como en la práctica parece que existe, se están llenando de plata
con este abuso y perjudicando a otros proveedores y pequeños emprendedores, que
sí armarían una buena empanada, que tenga sabor y que sí represente el sabor de
la gastronomía regional.
Pobre empanada, las mafias también la tienen vacunada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario