Ya hace bastante rato
que existe malestar en algunas seccionales de la asociación Nacional de
Agencias de Viajes y turismo ANATO, por la forma en que su presidenta viene
manejando esta organización.
El último comentario que
hizo fruncir el ceño a muchos de los agremiados, fue la petición de la señora
Paula Cortés de pedir un aumento del 6% de su salario, que hoy suma 36 millones
de pesos mensuales, aparte de otros muchos privilegios que tiene tanto en el
sector hotelero como en las aerolíneas y sector del turismo en general.
Y no solo reina
malestar entre importantes agencias de viajes de varios sectores del país, sino
de los periodistas de turismo y entre ellos los antioqueños entre los cuales me
cuento.
Esta agremiación realiza
el evento más importante del turismo en Colombia a finales de febrero en
Corferias Bogotá: La Vitrina Turística de Anato, evento que reúne a las más importantes
empresas del sector de muchas partes del mundo y muchas de ellas, nos han
invitado a sus ruedas de prensa, pues conocen la calidad de nuestro periodismo. Entre ellas se pueden
contar las invitaciones de Interjet, Wyndham Hotels & Resorts, PriceTravel,
entre mucha otras.
Por gentil invitación
de Anato hemos participado en cuatro de estas ferias, con profuso cubrimiento de parte nuestra, pero en las dos ultimas
versiones solo tomaron en cuenta en Medellín a tres medios de comunicación,
razón por la cual nos hemos sentidos discriminados como periodistas de turismo,
pertenecientes a la Red Colombiana de Periodistas de turismo.
No entendemos el
criterio en la cual se basa esta agremiación para tomar esta determinación,
aunque entendemos que como entidad privada, tiene todo el “derecho de
admisión”, pero eso no supone que también nosotros tengamos el derecho a la
réplica con el único fin de llamar la atención sobre el cerrojo que le ponen en
Bogotá a la prensa de provincia.
El gobierno nacional
prohíbe a sus entidades regionales difundir cualquier noticia sobre su gestión
a sus actividades sin recibir o tener el visto bueno de Bogotá. Un ejemplo
clásico lo tenemos en una institución tan vital para el país como Procolombia,
pero que, en la regional Antioquia, por ejemplo, guardan estricto silencio
sobre sus proyectos, actividades, gestión o planes acerca de las exportaciones
o importaciones antioqueñas.
Parece una entidad
fantasma a la que nadie puede consultar porque debe contar con la bendición del
centralismo bogotano, así sea para divulgar cifras tan simples y claras como el
índice de exportaciones de Antioquia en un periodo determinado.
Igual sucede con el
ICA, Icetex, el Dane y todas las áreas del Estado a las que se les prohíbe
expresamente revelar información que por lógica, debe ser siempre pública.
Los gobiernos débiles e
inseguros, con mala imagen proceden siempre de esta manera buscando protegerse o
mejor, tener control total de la información que sale de los despachos
públicos.
Hay gremios, por el
contrario, que siempre encuentra uno abiertos para los medios de comunicación como
son Fenalco o Camacol, cuyas regionales tienen plena autonomía para informar a
través de los medios.
Otros, como el caso de
Anato, siguiendo el ejemplo del gobierno de turno, mantiene maniatadas a sus
regionales y les prohíbe difundir cualquier tipo de información que no cuente
con el visto bueno de su presidenta, Paula Cortés.
Envían desde Bogotá
profusa información cuando les conviene, buscando siempre el Free Press, pero
manejan con cerrojo a sus regionales y les mantienen la boca cerrada. Como
dicen por ahí “respetable pero discutible”.
De igual forma,
cualquier iniciativa que se maneje desde cualquier regional, debe ser
consultada con su oficina central en Bogotá, ya que no es permitido que se
escriba una sola coma sin el visto bueno de su presidenta.
Hubo una época en que
se hizo un importante esfuerzo por posicionar la marca ANATO a nivel nacional e
internacional y a eso respondía la invitación a su evento más emblemático como
la Vitrina Turística de Bogotá.
Respondiendo a esta
buena práctica, se invitaba pequeños grupos de periodistas nacionales e
internacionales, pero que en los dos últimos años al parecer, le ha parecido
demasiado costosa a su presidenta que ha preferido llenar los email de los periodistas,
con abundante información, mucha de ella irrelevante, pero al fin y al cabo, gratis.